WONDER WOMAN


Resulta que tengo un amigo muy simpático que se llama Álex. Es así muy risueño y tiene unos ojos muy bonitos azules, como siempre está el cielo. Él dice que tengo que ir a un montón de sitios chulísimos, que el mundo en sí, lo es, y que él no es turista, que es mochilero que mola más, y así ves las cosas desde la cima del mundo, como cuando estuvo en Machu Pichu y sintió no sé qué de una energía poderosa que no había sentido nunca. ¡Qué suerte mi amigo Álex! Y encima me ha contado su supersecreto, lo tenía bastante escondido porque es un poco difícil que estas cosas no vuelvan loco a cualquiera y es que no todo el mundo puede decir que conoce a un superhéroe.

Me lo ha contado todo, conoce a Wonder Woman y esa sí que es una tía grande. Bueno, hasta hace poco yo soñaba con qué por fin saliera a la luz esta noticia porque es bastante raro que el señor Stan Lee se pase el día dibujando superhéroes y no conozca a ninguno.

Pues nada, recién tintadito por el señor George Pérez, se ha demostrado que Wonder Woman es alguien, aunque no hay fotografía fidedigna por ahora que lo demuestre aún, pero ¡mira! ¡es ella!


’¡Buenos días a todos!
¿¿¿Cuál es vuestro "súper-héroe" favorito??? El mío es "Wonder Woman". ¿¿Qué por qué??
Wonder Woman es muy fuerte, y ¡¡¡muy guapa!!!
Wonder Woman es poderosa.
Wonder Woman da lecciones de coraje.
Wonder Woman está llena de fuerza y de energía.
Wonder Woman no se da nunca por vencida, aunque tenga que enfrentarse, una vez más, ella sola con los villanos.
Wonder Woman puede con todo, aunque también sabe sufrir y encajar los golpes.
Wonder Woman aprende de las derrotas, la hacen todavía más fuerte y, al final, siempre vence.
Wonder Woman siempre, siempre, siempre tira hacia adelante. 
Wonder Woman nunca da un paso atrás. Nunca.
Wonder Woman es todo eso… y mucho más. Por eso es mi favorita. 
Y Además, estoy muy orgulloso de poder decir que Wonder Woman es mi amiga.
Un beso muy, muy fuerte “Wonder Woman”.

Lo que mi amigo Álex no sabe, es que yo ya conocía a Wonder Woman, a veces se cansa un poco de luchar con tantos supervillanos y se pone un poco triste porque piensa que nunca va a acabar con ellos, pero al día siguiente se levanta y se dice:

 ‘’¡Vamos Wonder, tenemos trabajo!’’


Cuando me necesites



'''Mi estrategia es
Que un día cualquiera
No sé cómo ni sé
Con qué pretexto
Por fin me necesites''
Mario Benedetti

Tenía una boca demasiado pequeña para pronunciar las palabras más grandes, por eso, siempre que hablaba pronunciaba las más pequeñitas y así el abecedario la había guardado en un viejo rincón de la gramática convirtiéndola total en una letra sin sonido. Al principio, estrechada y triste de tanta pequeñez, se preguntó por qué le había tocado justo a ella tener el cometido de ser muda, pero es que, la vida es tan así de retorcida a veces, y tan parecida y monótona a los días de televisión seguidos, y así, también tan muda y tan pequeña, que parece que no hubo historias que contar con palabras raras y pequeñas, o que no hubiera cosas muy pequeñas que se llaman microrelatos, que cuentan historias en una frase.

A veces, es que no hace más falta escribir grandísimos textos para decir lo que hay que decir. Luego, sino te expresas bien, no te entienden lo que quieres decir y hasta a veces, te tachan de sabelotodo, o una cosa peor, de nosabenada, porque como hablas tanto y dices tan nada y tan poco.

‘’¿Cuántas veces te has mirado al espejo desde la nariz?’’

Y una y otra vez tocando la punta del cristal sin expresión, arrugando la comisura de los labios, porque además de tener la boca demasiado pequeña, es que era un poco feúcha, todas alrededor tan altas y tan esbeltas y bien formadas y ella que si tengo que ir el médico a que me miren chichones, que si no tengo pelo porque soy una bombilla llena de bonitas ideas, pero sin nadie que las de brillo.

‘’¡Vaya eso es triste!, yo también tengo una bombilla sin pelo, pero no necesito a nadie para que le de brillo a mis ideas, porque la principal idea soy yo’’

Así feúcha y un poco sin expresión en los ojos, estaba muy cristalina y triste siempre, ‘’mi mudita’’, decía la vida; ‘’Mi mudita brillante y chiquitita que cuando despierte será como una reinita y tendrá al mundo a sus pies, por valentona y salerosa y porque, ¡qué bonita tiene la sonrisa mi linda mudita!’’

Para mi tío Angelín, David e Irene.

El capitán del barco más emocionante



Valientes, poetas y caminantes, perdidos y olvidados, nacidos para las artes o las ciencias, para vivir la vida, o para intentar vivirla, para los mayores soñadores y los creadores de esperanzas, para los mejores amigos del mundo, para los mejores profesores, los mejores padres, hermanos, tíos, abuelos, para todos los que son en este mundo, para ellas todas, para las PERSONAS. 

Si buscáis el camino aquel que nos lleva a la cima de la vida a través de trabajos que sólo aportan el dulce miel de lo material sin tener en cuenta la luz de lo emocional, os diré que el mejor trabajo que he encontrado en la vida, está fuera de aulas y carente de títulos universitarios.

‘’LUCHAR POR LA VIDA, AGARRARME FUERTE A ELLA PARA LOGRAR SALVARLA, A ELLA, A MI AMADA VIDA, EL TRABAJO MÁS MARAVILLOSO Y MÁS EXPERIMENTAL, EL QUE MÁS ME HA ENSEÑADO A VIVIR Y A AMAR, EL MEJOR PAGADO Y MERECIDO TRABAJO’’

Perder un segundo de ella es no permitirte el capricho de mostrarle que me necesita y juntos podemos correr grandes aventuras. Podemos recorrer un valiente camino donde el enemigo se mostrará atroz, pero también alzará al alma en boca de feroces corazones, en una pelea sin descanso para protegerla.

Mi vida es importante y yo también soy importante para ella, porque vuelve a ser Navidad en el Gregorio Marañón, porque sigo siendo yo y esta vez soy el capitán del barco más emocionante que se puede pilotar…

''Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela, 
no cortar el mar, sino vuela
un velero bergantín,
bajel pirata que llaman
por su bravura el Temido
en todo el mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento
y alza en malo movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado,
al otro Europa,
y allá en su frente Estambul.

-Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío,
ni tormenta,ni bonanza,
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

(...)

Que es mi barco mi tesoro,
que es Dios mi libertad,
mi ley la fuerza y el viento,
mi única patria la mar''

José de Espronceda

Elena, La amazona



Sin saber si quieres o huyes de las cosas que te escribo, te invito Elena a que pasees conmigo, un rato nada más. Podemos imaginarnos donde tú quieras, quizá en un olvido o quizá en recuerdos guardados en los cajones de la casa familiar.

Me gusta más cuando me cuentas secretos, cuando lees en silencio y te arropas en tu soledad, parecen tus ensortijados rizos un cuento romántico, esperando a un príncipe que viniera a despertarte de tu profundo sueño.

En aquel sueño fuiste muchas cosas, desde marioneta a mariposa, pasando por serpiente y cucaracha; viste magia y me preguntaste: ''No sé que soy y qué tengo''. Pues es fácil, no todos nacen con tu gusto por la lectura, o por esconder secretos en el corazón, saber escuchar, saber callar y cantar en la ducha y hacerlo bien.

Resabida en tus andares y tu lengua. Vives dormida entre las rocas de una cueva enorme, matando el tiempo y corazones. Describirte novelada no es más que por ti, que ansías el realismo de la vida cuando podrías escoger la locura remendada en tu estómago cuando te hacen el amor.

Pasas de Ovidio a Virgilio, porque no sé si lo que escondes con esa cara de muñeca es más de Bella Durmiente, o de Medusa, o de Medea. Quiero creer que tu corazón no está atormentado, y así siento tanto no saber cómo decirte lo maravillosa que estás cuando te sueltas la melena que rima con tu nombre.

‘‘¿Recuerdas a Homero? Pues yo soy esa Elena de Troya enamorada de Páris, vida, de que dejes de enfadarte con las cosas pequeñas y con las cosas imposibles''

Ahora oigo a Atenea en ti, la sabiduría, oigo a Palar porque tu belleza va más allá de lo humano y lo erudito, de lo vulgar. Eres realmente una hermana de otra hermana, y es dulce que hayas decidido seguirme en la lucha, que vistas mi misma armadura, amazona, sublime, que no es nombres de princesas de cuento, ni la malvada Medusa, ni mujer atormentada autosuicida. Esa, querida mía, se parece más a mi por la lucha, por ser madre de una guerra nuestra.


''No ataques a los sueños, admite que puedes seguir aquí en presente, si tú diste parte de ti, te daré yo parte de mí también, AL FIN Y AL CABO SOMOS TROZOS DE LA MISMA PIEDRA ANGULAR, EL MISMO TODO, LA MISMA MADRE''

Málaga La Bella

(Sin música no hay tierra andaluza que pueda describirse, así es que la principal instrucción para entender este texto es escuchar esta canción que les dejo, al mismo compás que leen lo escrito. Leer con sentimiento imaginándose dentro del mismo texto, os llevará a experimentar lo que siente un corazón escritor cuando ama algo con fuerza)





Tuve tiempo para viajar y darle al alma más ganas de vivir, recorriendo mi tierra a sorbitos, de corto y de largo…
Cada 21 días la vida era un viaje fugaz, donde prendía a ritmo de olas que viene y van, el fuego sarcástico del miedo luchando contra la blanca marca de un corazón a ritmo de flamenco. El tiempo exacto para morir y resucitar y recorrer una piel de toro donde abrigarse en cada esquina sin llanto, pero sí con arte y flamenco, con aquella voz terciopelada y aquel instrumento con cuerpo de mujer.


Hablo de los días andaluces donde, con el cuerpo entumecido me dejaba maravillar por el olor a sal y a flores, la fe a la Virgen del Carmen del marinero errante que al compás de las olas; como el camino; olvida la arena y se enamora del agua, donde la humedad del aire rociero, serpentea en  la piel del forajido, y de ahí poco basta para caerse rendido a los pies de…

''La bella Málaga, 
la mágica y la risueña, 
morena de arena y agua, 
donde la humedad de su aire, 
como perfume de flores, 
carne de mi carne, 
segunda casa y madre; 
me vio crecer y enseñó 
a sentir pinceladas de flamenco 
y vestidos de lunares.

Tardes de soles de verano
que invitan a hundir pies y manos 
en la mezcla de tierra y mar, 
mañanas de brillo dibujadas en la retina, 
desayuno en ‘’El Andrés, 
picoteo en ‘’El Pimpi’’, 
mirarte desde un barco melillero, 
donde los delfines; 
príncipes azules diciendo adiós, 
adentrándose en la mar; 
amores de coplilla.     
                      
Belleza de boqueronas, 
porque ''la española cuando besa...'', 
en su pelo se enredan 
los quejidos de un corazón amante, 
que se pierde por su serranía; 
espetos que brillan como las estrellas, 
prendiendo tu dulce olor en el café Lepanto; 
Málaga, 
el sabor de tu alma morena.

Rezarle a su Señor, 
Cautivo; 
señor moreno como su tierra, 
voz rasgada de una gitana, 
guitarra errante del paseo 
entre la calle Larios al corazón enrevesado 
de tu rizo y tu serpenteo, 
de tu lengua que sabe a vino y a feria; 
admirarte desde los cielos de tu torre mora, 
agarrarte las cuerdas vocales
y guardarlas en mi alma...

Para que diga el Redentor que no te amé, 
a ti, 
mi Señora de Málaga''

La guardo en un recuerdo, como la guardo en el corazón; y por ella y por su fuerza y por su gente, le dedico este trozo de mi alama, pa recordarle que sea de donde sea, mis manos escriben al compás de ‘’Serrana de Málaga’’ de Paco Lucía; para no olvidarte, por muy lejos que esté de ti.

Te extraño desde el centro de la península, te extraño desde el recuerdo de un momento infantil, te quiero como a una madre, amiga, como a los labios de un malagueño que te quita el sentido y el carmín, y no te quita las ganas de volver a casa, porque tu casa ya está aquí.



Los Días Limbo


Hay días en los que uno no sabe si reír o llorar. Estos días son los ‘’Días Limbo’’, el estado en el que no hay nada, ni se hace nada, sólo mantenerte. No piensas, no imaginas, a veces parece que ni respiras.

Hay personas que en estos días mantenemos el cerebro activo, nuestra actividad física y cerebral se hace a través de un pequeño hilo creativo que se cuela en la mente. Si lo midiéramos con un aparato de estos que lo miden todo, habría en la pantalla de un televisor negro, una rayita en color amarillo que tendría pequeños picos de esta actividad que serían como las pequeñas montañas que dibujas en el cole.

No se escribe, ni se utiliza el ordenador, tampoco se lee o se piensa claro. Este pequeño movimiento físico y cerebral es todo producto de sueños que se caracterizan por estas siempre ligados a los sillones, mientras las pupilas te abandonan unos segundos a la vida, es un intentar descansar para que se pare el dolor, pero termina siendo un dolor que no tiene descanso.

Así son los sueños los que te mantienen vivo, porque los sueños se aferran a la vida dándole nuevas formas, mostrando que no hay nada en contra de las ilusiones que se llevan dentro de una mochila y hablan diferentes idiomas.

Digamos que la vida mantiene viva la unión de espíritu y mundo, porque el mundo es nuestro cuando lo encaminamos en procesión de su ritmo cercano. Si en algún momento del camino quisiéramos morir en sintonía a la vida, seguramente lo haríamos, pero nuestro espíritu nos mantendría intactos, como la fe y su ansia de aventura, de subir al último peldaño de Machu Pichu y estar en comunión con la energía universal, para acallar el dolor del cuerpo y acariciar las cuerdas vocales del espíritu.

El corazón es el órgano más importante, junto con el cerebro; emociones y razón; para hablar de caminar, de mochilas, de idiomas, de amores, de personas… los dos conforman un todo que se nos hace desconocido cuando no nos damos cuenta que bombea nuestro cuerpo y nuestras emociones, escribiendo nuestra novela, siendo nuestro director de orquesta.

¿Por qué pensar en esto? Porque las medicinas que tomo actúan en mi cuerpo como escudo del mal, como aquel guiso que se toman las venas para curarte, pero sin el alimento de la mente, sin la experiencia y la energía, seguramente no tendría ganas de abrigarme un invierno más.

Por esto, y por lo bonito que estará Madrid cuando llegue la primavera…



Natalio


La quimioterapia es un guiso químico que se toman las venas para los días de otoño ponerlas en primavera. En otoño se caen las hojas y le dan paso al invierno, hace que cubramos nuestro cuerpo y busquemos el calor de algo que nos haga sentirnos protegidos.

El pelo se cae, los ojos resaltan un brillo envenenado, las pestañas dejan de cumplir deseos, pero el corazón se mantiene intacto, como se mantiene intacta la emoción de poder verte otra vez. Ese guiso químico que enferma y cura a la vez, se convierte en tu semilla, el tiempo le hace florecer, agarrarse a la vida, hacerte renacer en primavera, cuando los árboles se pintan de rosa y blanco.

Una mañana de invierno, sentada en aquella silla, el señor de al lado me contó que había perdido los dientes y que por más que los buscara no los recuperaría, y cuando él reía, yo también reía, porque no todo en aquella sala era pena y llanto, casi puedo asegurar que era el centro de tráfico de polos y chupachups, además de diversas drogas que enferman y curan.

 De repente entró un nuevo señor, me miró, me sonrió y se sentó a mi lado.

-Mira Natalio te has sentado al lado de tu tocaya.

-¡Ay Natalia si te hubiera pillado cincuenta años antes!

Natalio de setenta y cinco años, sentado a mi lado y enganchado a una máquina, descansando un rato de vida en una silla de pensar. La quimioterapia también sirve para conocer nuevos amigos, incluso para enamorarte, para escribir aquello que no te atreves decir, para llorar si es necesario, para leer los libros que más te encojan el corazón y releer los poemas que en la adolescencia te enseñaron a amar.

Natalio padecía cáncer de páncreas pero para él: ¡Qué me quiten lo bailao! Su mujer le miraba fijamente y le sonreía, en sus ojos podía adivinarse que le quería como el primer día. Natalio regalaba pequeñas alegrías en forma de piropos, hablaba de fútbol, de su Real Madrid, de ver a la selección ganando un mundial… Así era Natalio, un hombre con ganas de seguir viviendo, a pesar de su pesada enfermedad.

¿Qué habrá sido de Natalio? A veces me lo pregunto porque fue la primera persona más cerca de la muerte que de la vida que me enseñó a reír a carcajadas y a tener fe. Estoy segura que Natalio terminó viendo ganar a su España y no sé si aquí o en el paraíso.

En esa sala de terror figurado uno aprende a vivir, aprende lo que es ser amigo, a darse cuenta del valor que tienen las cosas, dando prioridad a las más pequeñas. Lo más importante que aprendí es que la vida es un compendio de ilusiones  que tienen una meta, que junto a la felicidad o momentos de ella, se construye un camino puro y claro que te mantiene a ritmo constante y en el calor del verano, rodeado de sueños posibles.

Dejándonos llegar por el amor, por el esfuerzo, por la ayuda de los demás y la constancia, no perderemos jamás el paso firme, la sonrisa y las ganas de desgastarla en cualquier parte, cualquier día, noche, cualquier beso, cualquier instante.

La vida al pasar

Con certeza, la vida es un devenir de acontecimientos, un columpio donde jugar, donde inventar, donde sonreír y llorar. Es una forma inconclusa si te paras a pensar en la forma en la que llegas a ella, pues sales de otro cuerpo que te quiere antes de conocerte y te da todo su ser para darte cobijo. Así te sientes cuando te hacen sonreír los días y los momentos interminables de quimioterapia, en esos días piensas y construyes los recuerdos, la forma de ser feliz y la forma de sufrir. El álbum cerebral donde se esconden las imágenes de todo aquello que ha divisado tu retina, con la magnífica peculiaridad de poder elegir aquello que más te ha hecho sentir, tanto bueno como malo, sólo para tener unas horas de paz que te brinda la vida para pensar.

Yo en esos días me formulaba preguntas sin respuesta, pero también me divertía comiendo chupachups mientras hablaba con mis compañeros de otras sillas de pensar. Muchos días pensaba ''¡Qué maravilloso sentirse Samanta de Sexo en Nueva York!'' Y ahí con mis vestidos de muñeca, mi perfecto cráneo y mis preciosos zapatos de charol me sentaba imaginándome a mis amigas comiéndose conmigo un buen polo de fresa, mientras hablábamos de hombres y de si el pelo crecería liso o rizado.

Es fácil crearse el escudo protector contra el dolor, pero esas pequeñas sonrisas y manos, esos pensamientos y reflexiones a mitad de un tratamiento eterno,tienden al equilibrio, como tiende la primavera a abrirse al sol del verano y a los festivales durmiendo en tiendas de campaña, que levantan el corazón a ritmo de guitarra y batería y otras a ritmo de botes electrónicos siempre al ritmo de la preciosa amistad.

La quimioterapia tiene una voz aterciopelada como la de Camarón, rasgada y melancólica con la cosa esa del arte que tú le pongas, o lágrimas sin nada o lágrimas y corazón. Así uno llega a la conclusión de que esto no puedes perdértelo, que es demasiado maravilloso, que tienes tantas palabras que regalar, como dejarle amar la melena al viento.

En ese preciso momento casi llegas a hacer magia con las manos aferrándote a la vida dejando que ésta te deje sin aliento de un beso con lengua en los labios.

En mitad de todo y nada tendemos a cierto miedo esperanzador porque empezamos a acostumbrarnos a que podemos perder la batalla, pero también podemos ganarla. Todo parece una especie de cúspide donde, como drogados de algo, nos precipitamos a entender y a confiar qué significa la fe, la interminable esperanza de que todo va a cambiar, y pronto llegará el nirvana de la felicidad.

En la silla de pensar aprendí que la felicidad son momentos, el resto consiste en sentirse bien con uno mismo.

Madrid en unicornio

Mientras el invierno entraba en los corazones de Madrid, había uno que se dejaba querer por su frío calentándose las manos con el aire gélido que olía a próxima nieve. Un corazón que se enamoró de una ciudad con rincones mágicos y prohibidos donde no hace falta volar en pájaros artificiales, valía el valor de paso a paso descubrir que hasta en los corazones más cansados y perdidos, podría asomar el valor que un león muestra frente a otro para ser el rey de su manada. Así brillaba mi corazón pasito a pasito dejando que el laberíntico Malasaña me atrapara con sus cafés con leche leyendo ''El principito'', olvidando que mis venas estaban machacadas y mi alma, a ratos, cansada de los sabores metalizados. 

Llevaba pañuelo de vez en cuando porque a veces necesitaba camuflarme con el mundo y dejar que los hombres me miraran con deseo. Yo imaginaba, mientras paseaba y miraba los escaparates, lo bonita que era la colección de este año y lo bonito que eran los gorros que encontraba en las tiendas vintage, imaginaba lo guapa que estaría el año que viene con pelo y pestañas, sin darme cuenta que en un espejo uno ve lo que quiere, uno ve con la imaginación, pero es el espejo del corazón quien guía la belleza de verse desnuda e inmejorable en la lucha contra el cáncer.

Me compraba un regalito para ayudarme a quererme a mi misma  y soñaba por sus calles lo maravilloso que estaría Madrid en primavera cuando hay más alegría y más sonidos que escuchar por los caminos, más flores, más colores y más miradas que conquistar.

Así llegué a muchos lugares de Madrid, hasta me quedé sentada en el silencio de muchas iglesias por el placer del silencio y el olor a esperanza y a fe. A veces enfadada iba a mirar fijamente los ojos del Lucifer de El Retiro. Le decía ''Ya no me das miedo, por mucho que lo intentes no me iré contigo''. Y así después de dejarme la nariz roja volvía al calor del hogar para intimar con la noche y los sueños que nacían siempre en el zenit de la mañana, justo cuando a los veintiún días volvía a jugar con los polos de fresa en aquella silla. 



El origen de la tormenta


Desde una sala de hospital todo es claro y huele a ser humano, huele a superhéroes de bata blanca y a superhéroes sin disfraz que se baten contra la muerte en busca de una vida que de repente se les escapa. Desde una sala de hospital la vida, a veces se limita y hace que sencillamente, todo tienda a dejarse llevar. 

En aquella sala se formó una cola enorme; yo decidí llamarla ''la anaconda infinita de extracciones de sangre'', aquella en la que las enfermeras de la planta rosa realizan una de sus primeras labores diarias, aunque yo sentí que era la infinita cola del debate entre el bien y el mal, la vida o la muerte.

Sentí fría y vacía la barriga y sin pensar queriendo, pronuncié:

''¿Pero qué hago aquí si yo no soy una enferma de cáncer?'' 

La mente poderosa supo responderme haciendo alusión a los buenos recuerdos, entonces me reí de aquel día despidiendo el verano que tan rápido había pasado; un verano que olía a amistad y cervezas fresquitas mirando al mar, a amores fugaces, a castañuelas y bulerías.

Yo me sentía en verano, a pesar de aquel frío que llegó sin saludar ,y en la antesala a la sala principal donde late el corazón tan fuerte como amar, lo supe,''Va a llover para largo''

Anduve largos pasillos donde las luces parpadeaban como pestañas en duelo de miradas, luego vinieron los pinchazos, las marcas de guerra, los pezones desfigurados, los dolores del miedo a la ignorancia, la música electrónica en tubos futuristas. Vinieron también los momentos de coger una mano que no te suelte nunca.

Cada noche rezaba un poco a no sé quién, para no sentir el silencio de aquellos días, ensordecedor. Sentía un temor, un temor que tuvo una pronta y experimental resolución. 

Las escaleras mecánicas me pararon el corazón:

''Señorita le llamo para decirla que a las doce tiene que pasarse por medicina nuclear para saber qué cantidad de quimioterapia vamos a ponerle'' 

Todos aquellos que me acompañaban se quedaron perplejos, lloraban y sentían el no poder compartir la carga conmigo.

''¿Qué es quimioterapia y qué es medicina nuclear? ¿Es que me van a enviar al espacio?''

Las paredes que los hospitales tienes varios colores y los superhéroes de bata blanca te cogen de la mano y te dejan llorar un rato (si quieres). A mí me preguntó qué superhéroe quería ser en mi nueva aventura y lo tuve claro; sería Batman, el murciélago humano, mi superhéroe favorito. Aquel bata blanca quiso saber por qué y sin vacilar, sabiendo la tormenta que caía en aquella sala manchándome de rosa le dije: 

''Sí, Batman, el murciélago, porque la oscuridad me da miedo, el negro me da miedo, la muerte me da miedo, el mismo murciélago me da miedo, y eso es lo que quiero que mi enemigo sienta mi mismo miedo''


Por eso le elegí a él y por eso traje su frase al momento, porque iba a vencer al enemigo, iba a vencer al maldito cáncer de mama y tenía más de un Robyn conmigo, tenía el poder en mis manos y fue entonces cuando empezó a llover más fuerte y empezó el camino hacía los oscuros rincones de Gotham.

Una vida para contarla, disfrutarla y sentirla

Alber Moreno
Tengo un dulce secreto que contarte, el secreto de la vida que sabe a un trozo de cada parte del mundo, sobre todo de aquella que hace música con el cuerpo de una mujer, acariciando sus curvas enteras. Un cuerpo plano y sin pechos, vestido de maderas que se visten de hilos, y suenan a bulerías tocadas en noches en vela, donde se fusionan manos, labios, cuerpos; donde los amigos utilizan las horas brujas para jurarse eterna amistad, donde uno piensa en los ojos verdes de su madre, donde  adora las manos de su padre y le da vida a la vida que quiere se vista de gala para cantar, donde se piensa en el arte que se encuentra en las historias, y se imagina un beso eterno.

Vida de mujer consagrada al cante desgarrado de su alma, dolida y alegre de tener un momento para que la cojan la mano y se la lleven al pecho para que note corazones. Corazones de hermanos, corazón de una hermana, que es parte de algo que es mío, porque viene de mi mismo sitio de ojos verdes. Vida que como el agua se bebe y discurre por fuentes a veces contaminadas por el miedo y otras cristalinas por el sonido del viento, por el amor y el quejío del tiempo que se mece en la cuna del recuerdo.

Hoy, tres años atrás la vida quiso ponerme a prueba, me quitó un trocito de ella, pero me dejó seguir siendo yo, con mi voz y mis manos para escribirla y describirla, y mejorando con el tiempo  en experiencia y amor, pueda regalarle mi presencia de algo más que polvo y energía. No un día cualquiera, un 19 de octubre, cuando supe lo que es pensar en una silla, lo que es llover fuerte hasta empaparte las mejillas, recordarte lo que eres y significas sin maquillaje, hacer que ames con más intensidad para recordar cada cara, cada sitio que te ha enamorado al alma.

Hoy, el cielo se tiñe de rosa y tiene voz dulce y aterciopelada de madre, de abuela, de padre y abuelo, de tío y de tía, de hermanos, amigos, todo aquello que forma parte de la vida; por ello hay algunas valientes que siguen firmes ante las flechas rojas que el mal les envía, le entrega su pechos, para seguir teniendo todo esto y como aquel libro que cayó por primera vez en tus manos dibujada con letras y tinta,

‘’Una vida para contarla, disfrutarla y sentirla’’